Ayer por la mañana, al dirigirme hacia el trabajo, ví una bicicleta de Sevici en la C\Monzón, atada a un árbol con una cadena. Lo cierto es que me sorprendió y aunque intenté pensar que era de alguien que se hubiese visto obligado a dejarla ahí, existen dos puntos muy cercanos donde se podrían dejar, así que dejé de pensar en la buena fe de la gente. Pensé en hacerle una foto, pero ya llegaba un poco tarde.
A la salida del trabajo, ya por la tarde, al pasar por el mismo sitio, me la encuentro exactamente igual, impertérrita, implorando que la devolviesen a su hogar, a ser tratada con cariño por los usuarios de dicho servicio…, pero esta vez sí que le hice una foto.
Aunque todo esto no es de extrañar dado que nos encontramos con cosas como estas… 😦
Lucy